EDUCAR EN RELACIÓN:
HACIA LA CONVIVENCIA Y EL RESPETO
PROPUESTA COEDUCATIVA
PARA EDUCACIÓN SECUNDARIA
La
educación implica relación, pero este hecho no siempre significa que el espacio
escolar posea el clima adecuado para que las relaciones fructifiquen, sino que
ese clima hay que crearlo, en ocasiones con gran esfuerzo, por toda la
comunidad educativa. Por otro lado, educar para la igualdad de oportunidades
entre hombres y mujeres es un aspecto de la educación que se nos revela cada
vez más como imprescindible para mejorar la convivencia y prevenir la violencia
contra las mujeres.
Una
iniciativa llevada a cabo por el profesorado integrante del seminario «Educar
en relación», es decir, diseñada por y para el profesorado, que persigue que
alumnos y alumnas comprendan y respeten la igualdad de oportunidades, a la vez
que adquieren algunas habilidades básicas que les permitan resolver
pacíficamente sus conflictos, y desenvolverse con autonomía en el ámbito
familiar y social.
Carmen Gallego Ranedo
Concejala Delegada de Acción Social y Cooperación al
Desarrollo
HACIA LA CONVIVENCIA Y EL RESPETO. UNA PROPUESTA
COEDUCATIVA
LA ESCUELA COEDUCATIVA
Hay
que reconocer que la escuela coeducadora por la que vienen trabajando muchas
personas desde 1970, no existe como tal. Hoy por hoy, es un proyecto de futuro,
cuya meta es educar a los chicos y las chicas en relación cooperativa, y no
como sucede ahora en la mayoría de nuestros centros, chicos y chicas juntos en
un mismo espacio, pero en planos desiguales y en posiciones jerarquizadas. De
hecho, por mucho que se predique la igualdad, cualquier análisis mínimamente
concienzudo de lo que sucede entre bastidores1 pone en evidencia que el
entramado de relaciones, expectativas, presiones, intereses, etc… que se dan en
los centros educativos, no es el que desearíamos. Así, en las relaciones entre
el alumnado, observamos que las formas «normales de comportamiento» suelen ser
la agresividad y la competitividad, en lugar del respeto y el diálogo, y es
habitual detectar la fórmula de dominio-sumisión entre unos «iguales» que
acaban siendo desiguales por la fuerza de la inercia.
Lo
único que hasta el momento se puede considerar como un logro real en materia de
género, es la espectacular evolución de las conductas y actitudes de las mujeres
más jóvenes con respecto a sus antecesoras, evolución que no se corresponde con
un cambio tangible en la sociedad y que, además, contrasta llamativamente con
el fuerte inmovilismo de que hacen gala una buena parte de los hombres jóvenes.
Todo esto nos lleva a pensar que quizá no era lo queríamos, pero ahí nos
quedamos, como mucho en el lamento, seguimos sin abordar en serio este fracaso
de la convivencia entre géneros, y sin analizar en profundidad el porqué de la
resistencia y la oposición que una cierta emergencia de lo femenino está
causando en los chicos y en los sectores escolares más conservadores.
PREVENIR
LA VIOLENCIA, MEJORAR LA CONVIVENCIA
Todo
cambio conlleva unas consecuencias, y en el caso que nos ocupa las positivas
serían las posibilidades que se abren para construir nuevos valores y modelos
que transformen nuestra vida para bien, pero indudablemente hay otras
negativas, como la resistencia, el miedo y la incertidumbre que se producen
ante cualquier crisis. Desgraciadamente, estas últimas parecen traducirse en un
aumento significativo de la violencia de género, sin que de momento dispongamos
de líneas educativas eficaces para paliarlo. Es cierto que corresponde a toda
la sociedad arbitrar medidas para evitar la lacra de la violencia, pero no lo
es menos que la escuela es el mejor recurso con que contamos para prevenirla
Sin su labor educadora la sociedad quedaría indefensa y a merced de
influencias, en muchos casos nefastas, como la de algunos medios de
comunicación constituidos en ídolos, o unas familias que se declaran impotentes
ante la multitud de mensajes contradictorios que cada día reciben y que
demandan ser guiadas por las instituciones educativas. De hecho, en cualquier
intento sólido de construir un modelo de relaciones sin violencia se hace
imprescindible la colaboración de la escuela.
UNA
PROPUESTA DE TRABAJO INTERDISCIPLINAR
«Los
conceptos básicos» y el conjunto de todas ellas pretenden proporcionar una base
teórica que sirva fundamentalmente al alumnado, pero también al profesorado,
para acometer el resto de las actividades. Algunos conceptos básicos como el de
estereotipo (que cuenta con unas actividades específicas), conflicto, o
violencia, son de obligada reflexión, mientras que otros pueden tener carácter
más optativo.
El
eje de los contenidos estratégicos presenta un claro enfoque transversal ya que
se sirve de éstos de forma estratégica o como apoyo a los objetivos generales.
Los contenidos elegidos como herramientas de análisis y adquisición de
estrategias serán fundamentalmente tres y entre ellos existe un nexo claramente
causal, así podemos enumerar:
ü Los estereotipos sexuales a través de los medios de
comunicación de masas.
ü Los conflictos de género como consecuencia de los
estereotipos sexuales ¿cómo se producen y cómo influyen en las relaciones
escolares?
ü Algunas estrategias básicas para resolver dichos
conflictos y superar los estereotipos sexuales discriminatorios.
METODOLOGÍA
Y PRÁCTICA
Suponiendo que esta forma
ideal de llevar a cabo el proyecto no fuese posible, no descartamos cualquier
forma en la que puedan ser realizadas las distintas actividades. A saber:
·
Aunque el nivel educativo para el que están
pensadas las actividades es el segundo ciclo de Secundaria, consideramos que
algunas pueden también plantearse en los cursos del primer ciclo. También los
alumnos de bachillerato las pueden encontrar interesantes, en especial aquellas
de análisis de publicidad y series televisivas.
·
No
pretendemos que se realicen íntegramente todas las actividades del texto. Nos
sentiríamos igualmente contentos con la realización de alguno de los bloques de
contenido o incluso de cualquiera de las actividades de forma independiente.
Algunas de ellas incluso se pueden incluir de forma puntual en los temarios de
lengua castellana y literatura, o procesos de comunicación.
·
El núcleo temático número 3 está pensado para
ser aplicado en la orientación de estudios y profesional del cuarto curso de
secundaria y puede ser tratado de forma independiente en clases de tutoría u
orientación.
·
Muchas
de las actividades proponen trabajo en pequeños grupos, exposiciones a la clase
o debate abierto. En algunos grupos de secundaria el trabajo en grupo y el
debate se hace muchas veces imposible. No vemos mal, por tanto, el que en
determinados momentos se recurra al trabajo de reflexión individual. De todas
formas consideramos que el diálogo es la mejor forma de trabajar estos
contenidos, que en realidad lo que en el fondo pretenden es mejorar las
relaciones dentro del grupo.
·
El profesor o la profesora puede considerar
que alguna de las actividades no es adecuada para su grupo, es quien mejor lo
conoce. Los niveles de dificultad de algunas de las actividades pueden
reducirse o ampliarse en función de la madurez o el interés de cada grupo, y lo
mismo podemos decir de la extensión de las mismas.
·
De poco sirven estos contenidos si sólo se
llevan a cabo dentro del aula y a su alrededor se reproducen los mismos
estereotipos que pretendemos eliminar, por eso consideramos especialmente
importante que el claustro se ponga de acuerdo en algunas políticas de centro
relacionadas con los conflictos de género.
LOS
CONCEPTOS BÁSICOS
Con
ellas pretendemos aportar varias claves para abordar los capítulos restantes,
así como iniciar una reflexión útil en torno a los siguientes temas de fondo:
a) El análisis de los actuales
estereotipos sexuales y de los medios que los transmiten, especialmente de los
medios de comunicación de masas;
b) La visibilización de los conflictos de
género que estos estereotipos crean.
c) El tratamiento adecuado de estos
conflictos como forma de prevenir la violencia y de enfocar positivamente las
relaciones en la escuela.
Creemos
que todo ello necesariamente ha de ser útil tanto para la educación global del
alumnado como para mejorar la convivencia y el respeto en los centros
educativos.
EDUCAR
EN RELACIÓN
Educar
es por sí mismo un hecho relacional, o sea, algo que acontece entre dos
personas (por lo menos), ya que a la escuela obligatoria además de estudiar, se
va a convivir con los que después serán amigos, vecinos, compañeros de trabajo,
o simplemente, conciudadanos. Toda la actividad educativa está gobernada por un
cúmulo de relaciones interpersonales. Velar por la calidad de estas relaciones
revierte directamente en las actividades de enseñanza-aprendizaje y genera
espacios en los que resulta prioritario aceptar y comprender la diversidad
humana, respetando y siendo respetado, afrontando la vida personal y los
conflictos de una manera positiva y colocándonos frente a los demás como
iguales en derechos y deberes.
LIBERTAD
CULTURAL
La
libertad cultural, sin embargo, tiene una particularidad y es que es colectiva
en lugar de individual. Es decir, podríamos definirla como el derecho del que
goza un grupo a adoptar el modo de vida que desea, siempre y cuando, respete y
acate todos aquellos requerimientos y obligaciones que garanticen la
convivencia con otros grupos, incluyendo las obligaciones inherentes al
ejercicio de los derechos individuales universales. Por tanto, la libertad
cultural es una garantía más de la libertad individual.
PODER
Y AUTORIDAD
Las
relaciones entre profesorado y alumnado son de disparidad y oscilan siempre
entre el poder y la autoridad. La escuela se debate hoy en esta contradicción,
pues, por una parte, está fuertemente marcada por las estructuras del poder
(papeles, notas, normas, horarios, burocracia…) y por otra, la sociedad exige
que el aprendizaje se lleve a cabo dentro de un planteamiento democrático, lo
que implica el reconocimiento de que el poder esté repartido y entre en
procesos de negociación.
Además
si sólo aplicamos los instrumentos de poder para llevar a cabo el aprendizaje,
la mente del alumnado queda presa en esa lógica, obstaculizando el salto a la
autoridad, entendida aquí en el sentido originario de autorictas: «hacer
crecer».
IGUALDAD
«La
igualdad, además de uno de los valores comúnmente admitidos, es sobre todo una
suposición. Y lo es en un doble sentido. Primero, porque a nadie se le escapa
que no existe de hecho y que quizás ni siquiera es factible. Segundo, en su
sentido más fuerte, porque, del mismo modo que sucede con otras ideas de la
Modernidad (el progreso, la solidaridad, los derechos individuales, el contrato
social…) el mundo que brota de pensarla es distinto del que existiría si no entrara
en el horizonte de lo sabido y deseable. En este segundo sentido, la igualdad
es la suposición por excelencia para que la moral sea posible»
DIFERENCIA
y DIVERSIDAD
Entendemos
por diferencia el conjunto de características propias de cada individuo que lo
hacen único y distinto y que nos permiten distinguirlo de entre todos los
demás. Accidentalmente somos distintos, pero esencialmente somos iguales, sin
embargo «la diferencia puede ser, y de hecho, ha sido utilizada como punto de
apoyo para la desigualdad, pero esto es algo que carece de fundamento. De un
hecho diferencial como tener uno u otro sexo, ser de una u otra raza, tener más
o menos fuerza física, etc., no se sigue lógicamente la necesidad de un trato
desigual de los sujetos así diferenciados»
CONFLICTOS
DE GÉNERO
«Se
dice que los conflictos existen, pero se razona como si no existieran»,15 esto
es particularmente visible en los conflictos por razón de género que se dan en
la escuela, un tema muy poco estudiado y casi siempre solapado dentro de las
relaciones. Quizá por ser poco visibles la comunidad educativa no reconoce que,
en muchas ocasiones, lo que se da entre chicos y chicas es una confrontación de
intereses y una lucha por imponerse como grupo o por dominar en un determinado
espacio.
ESTEREOTIPOS
SEXUALES
Los
estereotipos relativos a las diferencias sexuales no han provocado tensiones
tan violentas como los raciales o los nacionales, pero no por ello están menos
arraigados. El contenido de los estereotipos sexuales depende de diversos factores
culturales y es distinto según las sociedades. En nuestra cultura los
estereotipos masculino y femenino son bipolares y complementarios, lo que
quiere decir que se atribuyen a las mujeres cualidades o debilidades que se
niegan a los varones y viceversa.
VIOLENCIA
Es
un uso deshonesto y oportunista de poder sobre otra persona, un conjunto de
comportamientos, a veces institucionalizados, de alguien que utiliza
abusivamente su poder para lograr dominio y control sobre otra persona o para
obligarla a hacer algo que ella no quiere. La violencia quita a la víctima
poder personal, anulándola, forzándola, humillándola, limitándola…, y busca
someterla o lograr su obediencia provocándole daño físico y/o moral al atentar
contra su cuerpo, mente, autonomía, dignidad, privacidad o libertad.
MALTRATO
ENTRE COMPAÑEROS/AS (BULLYING)
Término
anglosajón que se refiere a una amplia gama de conductas violentas
desarrolladas entre iguales, especialmente en ámbitos escolares, como son las
agresiones físicas continuas entre compañeros, rechazo social de algún chico/a,
exclusión del grupo, y/o intimidación psicológica.
EL
VALOR DE LOS VALORES
Cuando
nos enfrentamos a las cosas no sólo hacemos con respecto a ellas operaciones
intelectuales, como comprenderlas, compararlas o clasificarlas, sino que
también las estimamos o desestimamos, las preferimos o las relegamos, es decir,
las valoramos.
LA RELACIÓN CON UNA MISMA. LA IDENTIDAD
Construir
la propia identidad, o lo que es lo mismo, reconocerse a uno/a mismo/a como
alguien diferente a los demás, siempre es un proceso complejo y contradictorio
que conlleva enfrentarse a múltiples problemas durante toda la vida. En este
proceso, el sexo juega un papel determinante, pues los modelos de hombre y de
mujer han sido definidos como dos polos complementarios y opuestos. Hoy, se
sigue debatiendo sobre si hombres o mujeres nacemos diferentes o nuestras
diferencias son de educación y de cultura, pero para mejorar nuestra
convivencia no es eso lo que importa, sino entender que la manera de
relacionarse de las mujeres es diferente de la de los hombres.
LA RELACIÓN CON LOS DEMÁS. LA CONVIVENCIA
En
la escuela se puede observar que los conflictos entre las chicas y los chicos
adolescentes1 responden en su mayoría a sus diferentes formas de relacionarse.
Sin embargo, lo que se les dice es que son iguales y que deben comportarse
igual. Presas de esta contradicción y sin saber cómo sobrellevarla, chicas y
chicos se relacionan entre sí como pueden. Por eso no es de extrañar que
algunas chicas se desplacen hacia lo que se ha venido entendiendo como el mundo
de los hombres y para obtener valor y reconocimiento adopten la competitividad
y la fuerza bruta como modelo, mientras que otras se refugian en un modelo
tradicional y tratan de hacerse visibles por medio de la seducción sexual o la
manipulación. A su vez, los chicos, educados en la lógica del poder y la
agresividad, no acaban de entender lo que se espera de ellos y viven el
creciente protagonismo de las chicas como una amenaza a su identidad, lo que en
ocasiones les lleva a reaccionar violentamente.
La
amistad es un bien maravilloso y gratuito. Es decir, no tiene precio, pero sí,
un gran valor. Por algo se dice, que «quien tiene un amigo/a tiene un tesoro».
Sin embargo, es un bien muy frágil, es decir, una vez que ha surgido hay que
saberlo alimentar y mantener. Amistad no quiere decir que se esté de acuerdo en
todo. Tampoco que no surjan conflictos entre las partes, pero si se es capaz de
respetar esas diferencias y de resolver los conflictos de forma que podamos
reparar nuestros fallos y reconciliarnos sinceramente con la amiga o el amigo
habremos salvado nuestra amistad.
Los
modelos tradicionales de hombre y mujer han entrado en crisis en las últimas
décadas, debido a varias razones: en primer lugar, la mujer ha ido teniendo
acceso a puestos de trabajo de cada vez mayor consideración social y económica,
incluso en terrenos como la política, la justicia o el ejército, antes
exclusivamente masculinos. Por otro lado han ido apareciendo nuevas formas de
familia diferentes a la tradicional que han puesto en duda el papel del cabeza
de familia. Las madres trabajan con normalidad fuera de casa, es habitual
encontrar familias en las que los padres están separados y cada vez hay más
personas que viven solas o en pareja homosexual.
Los
protagonistas de la nueva publicidad rara vez se parecen a las personas que
conocemos, sino que intentan ser aquellas personas a las que querríamos
parecernos o que nos gustaría conocer. Por eso son personas jóvenes, atractivas
y con una vida aparentemente feliz. Es la forma en la que la publicidad vende
sus productos, no sólo se trata de que compres algo por su utilidad, sino que
al mismo tiempo tengas la sensación de ser más aceptada/o por las personas que
te lo están ofreciendo.
Las
palabras que utilizamos como expresiones coloquiales o exclamaciones tienen
toda una carga de sexismo importante. Los análisis que expertos lingüistas han
hecho acerca del significado que curiosamente tienen las palabras dependiendo
de si se usan en masculino o en femenino (ej. un hombre público – una mujer
pública, zorro – zorra, ...), o de la diferente consideración social que le
damos a un hecho según si lo realiza un hombre o una mujer (por ej.
emborracharse, salir con una persona del sexo opuesto 20 años más joven, ...),
son extraordinariamente reveladores. Todas estas circunstancias hacen del
lenguaje, que es la expresión del pensamiento y por tanto la expresión de todas
ellas, un arma cargada de sexismo y de machismo. Sin embargo, esto no es
irreversible, ya que el lenguaje es una creación humana y lo mismo que refleja
una realidad no igualitaria también puede hacer lo contrario, es decir,
servirnos de herramienta para cimentar profundamente los valores del respeto y
el reconocimiento a los demás.
LA RELACIÓN CON EL TRABAJO. LA PROFESIÓN
Hoy,
dan situaciones que entrañan discriminación para las mujeres, y también, casos
en que se discrimina a los hombres. Todavía se habla de profesiones femeninas y
profesiones masculinas, de profesiones que están desarrolladas casi en su
totalidad por hombres (generalmente las que requieren fuerza física y dotes de
mando) y de profesiones que casi siempre son desarrolladas por mujeres (sobre
todo las relacionadas con la limpieza, la educación o el cuidado y la atención
a las demás personas). Incluso se oyen casos en los que se paga diferente
salario a mujeres y hombres aunque realicen el mismo trabajo lo cual, según el
Estatuto de los trabajadores, es ilegal, aparte de injusto.
La
división del trabajo en función del sexo limita y perjudica a los individuos,
porque además de coartar su libertad, condiciona la vida y el pensamiento. Por
eso, es fundamental entender que «las profesiones no tienen sexo», que no hay
trabajos apropiados para chicas, y trabajos apropiados para chicos, y que la
elección de la profesión debe hacerse siempre de acuerdo con las aptitudes, la
formación y las preferencias de cada cual, y teniendo siempre en cuenta las
ofertas existentes en el mercado laboral y las necesidades de la zona en que se
vive.
Para
que la igualdad de oportunidades y la no discriminación laboral sea una
realidad es fundamental que hombres y mujeres se apoyen, colaboren y compartan
las responsabilidades y las tareas domésticas, o lo que es lo mismo, se
repartan equitativamente el empleo del tiempo de trabajo, y así, puedan
disfrutar ambos del tiempo libre y del ocio.
A
DECIDIR TAMBIÉN SE APRENDE
Tomar
una decisión es siempre una experiencia personal de la que se pueden aprender
muchas cosas valiosas. Elegir una profesión es una de las decisiones más
importantes de la vida, ya que de ella dependerá en buena parte el tipo de
trabajo que después vayas a realizar. Para tomar una buena decisión hay que
saber distinguir lo importante de lo accesorio y, aunque hay veces en que esto
último es lo más atrayente, es un error dejarse llevar por las modas, por lo
que hacen tus amigas o amigos y por cosas ajenas a tus aptitudes, como el
prestigio social o idealizaciones sin fundamento. Piensa en cuáles son tus
mejores capacidades, qué es lo que te cuesta menos esfuerzo y con qué cosas te
sientes más identificada/o. Sigue tu intuición, pero no menosprecies otras
herramientas, que también pueden resultarte útiles, como el apoyo de tu
familia, una buena información, la orientación de tus profesores y profesoras,
etc.
LO
QUE SÍ DICEN LAS CIFRAS
Las
actividades humanas han sido tradicionalmente divididas en trabajos productivos
y trabajos reproductivos y han venido siendo realizadas separadamente por
hombres y mujeres en dos espacios separados, el público y el privado; dos
trabajos y dos espacios a los que se les ha atribuido un valor social distinto.
Esta
división ha tenido consecuencias muy negativas para la valoración del trabajo
femenino, una de ellas el hecho de que durante mucho tiempo las actividades
realizadas por las mujeres no fueron consideradas como trabajo (de ahí la
denominación de «inactivas» que se da a todas aquellas mujeres que no forman
parte del mercado laboral).
Hoy,
las opciones académicas y profesionales, al menos en teoría, no están separadas
en función del sexo y se reconoce que el trabajo remunerado es importante
también para las mujeres, sin embargo, los alumnos siguen siendo orientados
exclusivamente hacia la carrera profesional y el empleo (lo que les lleva a
descuidar otras facetas de la vida como la personal y la familiar), mientras
que a las alumnas se les supone una necesidad de compaginar su posible empleo
con las responsabilidades de la vida familiar (lo que en muchos casos deriva en
una doble jornada de trabajo o las sitúa en una clara desventaja respecto a sus
colegas masculinos).
Creemos
que es importante conocer, de cara a la orientación laboral, lo que otros
estudiantes del mismo Centro educativo han hecho a la salida de su etapa
obligatoria o post-obligatoria. La orientación por medio de lo que otros han
hecho, puede servir al estudiante para saber qué trabajos tienen más futuro o
qué estudios tienen más salidas. Lo que han hecho otros de nuestra misma edad
siempre es una excelente guía, para bien o para mal. Así mismo, es conveniente
conocer bien el entorno socio-económico del Centro y las características del
mismo (IES con Bachillerato, IES sólo con ESO, IES con ciclos, y qué ciclos,
colegio privado o privado concertado), pues muchas veces el alumnado desconoce
la oferta de su propio centro educativo.
El
que los propios alumnos y alumnas sean conscientes de las salidas que toman sus
ex-compañeros y de cómo se han producido, puede ser un acicate a la hora de
tomar una decisión cuando llegue el momento.
SE
BUSCA PERFIL PROFESIONAL
La
realidad social está dando muestras de que el mundo laboral está cambiando
aunque de forma muy lenta. Podemos encontrar ya en nuestras calles autobuses
conducidos por mujeres, las estadísticas de colaboración en las tareas
domésticas se mueven ligeramente hacia un equilibrio aún lejano, podemos
encontrar una fontanera, la justicia puede ser impartida por una jueza, en fin,
que, aunque todavía lejos de la realidad igualitaria de ambos géneros en todos
los sectores laborales, algo se empieza a mover y ya no es noticia de primera
página que una mujer desempeñe esta o aquella actividad económica.
Una
de las más importantes influencias en estos cambios la encontramos en la toma
de conciencia de las mujeres y de los hombres acerca de sus capacidades. Lo que
una persona puede hacer no siempre coincide con lo que la sociedad dice que
puede hacer. Por ello es necesario analizar los estereotipos que, acerca de las
capacidades, transmite el entorno laboral tradicionalmente.
LO QUE QUEREMOS
Lejos de la elección bombero-enfermera
que hace ya unos años hacíamos chicos y chicas ante la pregunta ¿qué quieres
ser de mayor?, hoy nos encontramos con que nuestro alumnado tiene modelos
profesionales muy cercanos y que ellos califican como de «pringaos», referidos
a la profesión de docente, por citar un ejemplo, o de «enrollaos», referidos a
los trabajos donde el dinero rápido sin ataduras temporales del estudio
post-obligatorio es el patrón a la hora de «elegir» una profesión, y téngase
como ejemplo el de camarero/a, cajera, dependienta, peón, etc.
La falacia del dinero rápido
y la felicidad hace caer en la trampa a miles de jóvenes adolescentes. En ese
mundo donde ahora muchos ya no quieren atarse al estudio post-obligatorio, las
ofertas de trabajo precario son abundantes y encontrar un trabajo mal pagado
(pero pagado) y haciendo muchas horas, no es difícil.
Pero esa falta de formación
en nuestros jóvenes también alimenta la discriminación laboral: ellos son
peones de obras, aprendices de profesionales, carretilleros, etc.; y ellas son
promotoras de hipermercados, cajeras de supermercado, dependientas u operarias
de envasado, por ejemplo. El estereotipo se alimenta.
ALGUNAS IDEAS SOBRE POLÍTICA COEDUCATIVA
DE CENTRO
Nuestra opinión es que para
coeducar, es decir, para producir realmente aprendizaje coeducativo, no nos
podemos quedar sólo en impartir una serie de lecciones necesarias sobre el tema
del género, ni realizar algunas actividades sin conexión con el currículo del
alumnado. Debemos ir un poco más allá y modificar en lo posible el entorno de
aprendizaje para que este sea realmente coeducativo.
Cuando la Ley de Educación
de 1970 modifica la composición de los centros (junto con todo el sistema
educativo) y los convierte en mixtos, no se preocupa de modificar las
condiciones prevalentes en ellos, lo único que indica la ley es que los alumnos
y alumnas pueden ir juntos a clase y que los centros educativos deben aceptar
en sus aulas a alumnos y alumnas por igual. Esta modificación legal produce
centros de secundaria en los que ponemos juntos a chicas y chicos en pretendida
igualdad. Sin embargo, enseguida se puede detectar en ellos la aparición de los
clichés que han regido hasta entonces la educación masculina y que para nada
han sido modificados, a pesar de algunas modificaciones respecto a las materias
a impartir, como es el caso de las EATP (Enseñanzas
Artístico-Técnico-Profesionales), especie de cajón de sastre en donde cabían
por igual la Plástica y el Hogar, y que aparecen en los Institutos como obligada
oferta junto con otras materias de distinta índole.
CONTENIDOS
CURRICULARES O PROGRAMACIONES DE LAS ÁREAS Y MATERIAS
El alumnado observa y recibe
todos los días un buen número de informaciones en el centro a través de
diversos medios. Si el profesorado no se ha planteado previamente la cuestión
de género a la hora de desarrollar el currículo es muy posible que los
estereotipos de género formen parte de su currículo, no ya del oculto, sino del
currículo oficial que se imparte.
Algunas materias en particular
tienen una gran labor por delante y, de hecho, de algunas de ellas podemos
encontrar abundante bibliografía sobre el tema, como es el caso de la Educación
Física, materia en la que un gran número de profesorado se ha implicado en la
búsqueda de opciones más coeducativas.
Es cierto que podemos
encontrarnos con problemáticas muy diferentes en cada materia y ello nos obliga
a reflexiones muy diferentes, incluyendo la selección de los materiales a
utilizar, así como las propias programaciones de actividades. No se trata sólo
de los contenidos sino de las estrategias a utilizar y de los elementos que
evaluamos.
ORIENTACIÓN
La labor de orientación del
alumnado puede llegar a ser la columna vertebral del trabajo de tutoría y del
trabajo general del propio centro. Los centros educativos de secundaria tienen
dos personalidades bien diferenciadas:
Por una parte son centros
«de paso» en la formación del alumnado que se orienta a estudios superiores
universitarios.
Por otra parte, y ésta la
consideramos más importante, son centros terminales de formación para una gran
parte del alumnado, cada vez mayor: aquellos que, o bien salen al mundo laboral
con el título o el certificado de Secundaria Obligatoria (16 años) o bien
estudian los ciclos medios o superiores de formación profesional, obteniendo
así la formación suficiente para ejercer una profesión cualificada.
La orientación educativa y
laboral que permite al alumnado realizar la elección de forma más eficiente,
con información suficiente y mediante diferentes estrategias, no está exenta de
estereotipos de género, más agudizados cuanto más próxima al mundo laboral se
realice la orientación. La mera observación del entorno sugiere una cierta
«clasificación» de las profesiones según el género, es decir que, inconscientemente
se asigna sexo a las profesiones. Los centros educativos y formativos deberían
desarrollar estrategias de orientación que eliminen estas discriminaciones por
género, pero no basta orientar de forma «aséptica» como se nos dice en algunos casos,
es necesario contrarrestar la información que el entorno le da al alumnado, es
necesario hacerles conscientes de que la sociedad tiene una estructura que no
es monolítica y que, aunque las mujeres se han ido incorporando al mundo
laboral casi por la puerta de atrás, desarrollando aquellas profesiones
abandonadas por los hombres, es necesario y posible modificar la composición de
los distintos sectores laborales en cuanto a género.
Y en la cuestión de la
orientación no debemos dejar de lado la orientación personal, presente no sólo
en las tutorías sino en cada momento que el alumnado está presente en el
centro. Es importante que, en el periodo vital en el que se encuentran nuestras
alumnas y nuestros alumnos, seamos capaces de acompañarlos en el reconocimiento
y desarrollo de su identidad femenina y masculina. El centro debería
desarrollar acciones que permitieran a los y las alumnas el desarrollo de su
identidad, considerando que, según todas las investigaciones del momento, no
sólo la identidad femenina clásica está en cuestión sino que la identidad
masculina se encuentra sometida a fuertes contradicciones a las que algunos
expertos y expertas achacan incluso el aumento de la agresividad y la violencia
de género. Introducir la coeducación como materia, o al menos como parte de
alguna materia, sería fundamental dado que permitiría a todo el alumnado el
acceso a actividades no dependientes de las acciones de tutoría.
ACCIONES DE CENTRO
Denominamos así a diversas
acciones que puede y debe emprender un centro respecto a diversas cuestiones de
la vida académica y de relación que inciden en la coeducación real.
Entran aquí aspectos como la
gestión de espacios y recursos, los protocolos de resolución de conflictos, la
programación de actividades extraescolares, etc.
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