CONCEPTOS GENERALES SOBRE DIVERSIDAD CULTURAL E
INTERCULTURALIDAD EN EL MARCO DE LA GLOBALIZACIÓN
Es necesario situarse en el momento histórico y político en el que estamos inmersos, caracterizado por un proceso creciente de globalización, en el que las tecnologías de la información y comunicación y las circunstancias económicas intensifican los flujos de capital, de mercancías y de información. Pero este proceso de globalización no está llevando a una mejor comunicación colectiva, ni a una redistribución más justa y equitativa de los recursos materiales, sociales y culturales.
Paradójicamente, en este mundo postmoderno en que no hay fronteras para la libre circulación de mercancías, información y capital, sí se ponen trabas a la libre circulación de personas. De esta forma, la inmigración y su intensificación a nivel global aparece como un fenómeno problematizado y, en cierta medida, estigmatizado: la globalización y las restricciones a la circulación de personas desde los países de la periferia a los del centro ha conseguido convertir en ilegales, en personas sin derechos, en no-ciudadanos a miles de seres humanos en todo el mundo.
Sin entrar a debatir las implicaciones que pueden suponer las crisis que vienen sufriendo los conceptos de ciudadanía y estado-nación, los profesionales de la educación no podemos ignorar este panorama global y debemos indagar sobre los mecanismos y recursos que procuren la igualdad de oportunidades real y efectiva de todos y cada uno de los sujetos que están escolarizados.
Para ello es necesario contar con una formación del profesorado anclada en los siguientes principios: atención a la diversidad, escuela inclusiva y educación intercultural.
¿Qué entendemos por cultura? La(s) cultura(s) en un mundo globalizado. Identidades, estereotipos y racismo.
Cuando hablamos de cultura (o mejor, de culturas) no nos referimos solamente a las expresiones y tradiciones intelectuales y artísticas refinadas de la alta cultura, sino que tenemos en mente un concepto que, aunque en principio pudiera tener que ver sobre todo con lo antropológico, se ha incorporado a nuestro discurso cotidiano
Centrándonos en la concepción antropológica de cultura, han existido multitud de definiciones a lo largo del desarrollo de la disciplina antropológica desde que Tylor propusiera la siguiente definición en 1871: “Cultura es el todo complejo que incluye el conocimiento, la creencia, el arte, la moral, la ley, la costumbre y cualquier otra capacidad o hábito adquirido por el hombre en tanto que miembro de una sociedad”.
Siguiendo a Adam Kuper, tal consenso, que nos puede ayudar a entender lo que son las culturas, se basa en tres supuestos:
- La cultura no es un asunto de raza; se aprende, no la llevamos en nuestros genes; en este sentido, es necesario recalcar que todos los seres humanos compartimos la gran mayoría de nuestra información genética y que las mínimas diferencias existentes en el ADN son diferencias individuales (que, por otra parte, pueden ocurrir entre individuos que son percibidos como “de la misma cultura” y no sólo entre individuos de “distintas culturas”).
-La cultura común humana ha avanzado y progresado en un proceso de muy larga duración que nos ha diferenciado del resto de homínidos; este proceso de larga duración, que ha dado como resultado el desarrollo de sistemas sociales complejos y la propagación y desarrollo de la población humana frente a otras poblaciones no humanas, se entiende como un proceso que ha afectado a todos los seres humanos.
- La cultura es esencialmente una cuestión de ideas y valores, un molde mental colectivo –por tanto, se trata de un sistema simbólico. Y estos símbolos, ideas y valores aparecen en un espectro de formas de una diversidad casi infinita. Podemos decir que cuando hablamos de diversidad cultural nos referimos al conjunto de estrategias, normas y valores que los distintos seres humanos han sido capaces de desarrollar para vivir en grupo y para adaptarse a lo largo del tiempo a diferentes entornos y diferentes espacios. Estos valores, normas y estrategias se han convertido en costumbres y son compartidas dentro del grupo haciéndolas perdurar de generación en generación en procesos dinámicos de construcción y reconstrucción. Cuando nos referimos a identidad cultural no podemos separarla de la doble dimensión personal y social. Cada sujeto es capaz de construirse su identidad colectiva, su pertenencia a una cultura desde su propia identidad personal.
La identidad personal es única y diferente a ninguna otra persona, está muy relacionada con el autoconcepto y dónde se cruzan los sentimientos que uno tiene de sí mismo y los que tienen los otros. Sin embargo, la identidad colectiva supone un sentimiento de pertenencia a un grupo cuando se apropia de los saberes, destrezas y valores de dicho colectivo. La identidad colectiva provoca un sentimiento de seguridad y protección.
La superación de estereotipos y prejuicios es una de las tareas de la educación intercultural y antirracista, y por ende, de la formación de los educadores y educadoras.
Los estereotipos, positivos o negativos, juegan un papel primordial en nuestras relaciones sociales y personales con desconocidos al ayudarnos a adjudicarle a los otros un papel o comportamiento determinados en función de su adscripción a un grupo, sin tener en consideración los aspectos personales.
Es el componente cognitivo de una actitud particular.
Los estereotipos forman parte del mundo de las creencias y actitudes que a su vez son parte de las motivaciones y acciones de las personas. Por tanto, los estereotipos negativos pueden dar lugar a actitudes prejuiciosas y a comportamientos más o menos discriminatorios, racistas o xenófobos, y de ahí a la exclusión.
Esto nos lleva a plantearnos otros conceptos: racismo y xenofobia.
El racismo es un fenómeno complejo llegando a establecer para su clarificación muchas dicotomías (racismo teórico-racismo espontáneo, internoexterno,
etc.).
3. Modelos de integración e interculturalidad.
El término integración, muy usado en el campo de la política social y también de la educativa, ha ido acompañado de recelos y dudas de mayor o menor calado dependiendo de los países. En particular en la Unión Europea la palabra integración se ha usado en positivo y como modelo de política social, y educativa, a seguir con los inmigrantes. No han faltados críticos a este concepto por su uso y abuso en Europa, considerando la integración como asimilación.
El multiculturalismo, por el contrario, intenta valorar más la diversidad cultural, considera la sociedad formada por culturas diferentes unas de otras, se respeta la diferencia y se establecen unas normas básicas de convivencia.
El modelo intercultural pretende superar los modelos anteriores planteándose la construcción de la convivencia en la diversidad. Para eso, parte como decíamos anteriormente sobre el concepto de cultura, de que ninguna cultura es estática ni homogénea, de que la diversidad existe dentro de propia cultura y que los conflictos pueden ser un buen motor para el cambio. Se plantea por tanto encontrar valores comunes que hagan posible la convivencia y para eso es necesario: trabajar contra la discriminación y exclusión;
4. Educación intercultural. La escuela como espacio de relaciones interculturales.
En el apartado anterior hemos estado viendo los modelos de integración y el concepto de interculturalidad. Como es lógico, todo esto tiene su influencia y se repite en los modelos educativos.
Siguiendo a Besalú (1991) en Carlos Giménez (2000) distingue los siguientes tipos de educación o escuela:
Educación racista o segregadora, en la que se separa a los alumnos y alumnas según su procedencia racial o etnocultural. A grupos diferentes, sistemas distintos. Este modelo que no está presente en nuestro sistema educativo pero habría que tener presente las consecuencias de los procesos de escolarización en cuanto a la concentración de alumnado extranjero.
Educación asimilasionista que pretende conseguir de forma más o menos paulatina la asimilación a la cultura dominante de los inmigrantes o de las minorías. En estos planteamientos tiene gran importancia la enseñanza de la cultura y lengua de la sociedad receptora y no tiene relevancia las aportaciones y el bagaje experiencial de los sujetos.
La educación integracionista o compensadora plantea no sólo el aprendizaje de la lengua y cultura receptora sino también de la lengua materna; y la necesidad de conseguir la igualdad de oportunidades para todos los alumnos y alumnas independientemente de su origen social o cultural.
La educación pluralista asume el derecho a la diferencia dando importancia a aspectos como la provisión de información de las culturas de inmigrantes y minorías, y la visión funcional de la lengua y la cultura. Sin embargo plantea algunas limitaciones y riesgos como las siguientes: tratar a los grupos como realidades monolíticas, el folklorismo en el tratamiento de las diferencias culturales, la segregación y separación por grupos.
Educación intercultural, educación en y para la interculturalidad es necesaria para todas las sociedades y culturas y para todas las personas, no está centrada en los que son culturalmente diferentes.
La educación intercultural tiene en cuenta la relevancia de los factores culturales (étnicos, religiosos, lingüísticos, etc.), pero cuida de no poner un excesivo énfasis o una concepción errónea de las identidades culturales porque podría tener efectos contraproducentes y dividir más que unir y exagerar las diferencias, como por ejemplo si buscamos justificación a las conductas en función del grupo, etnificando o culturizando las conductas.
La escuela como espacio de relaciones interculturales.
Si la educación intercultural supone interacción, intercambio, trabajar con, práctica compartida, debemos plantearnos desde las ideas anteriores que posibilidades tenemos desde distintos aspectos de la escuela de educación infantil: desde la organización del centro educativo, desde el currículum, desde los valores, desde las relaciones culturales de todos los sujetos que intervienen allí (no sólo los niños y niñas, sino también los educadores y las familias) y desde las relaciones con las familias. Este último aspecto es esencial ya que las relaciones y los intercambios culturales que se establecen a estas edades tan tempranas deben pasar por los intercambios con los miembros de su familia.
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