martes, 30 de junio de 2015

DIVERSIDAD CULTURAL AMPLIADA Y EDUCACIÓN PARA LA DIVERSIDAD

DIVERSIDAD CULTURAL AMPLIADA Y EDUCACIÓN PARA LA DIVERSIDAD
Con la búsqueda de la diversidad se redefinen la calidad, eficacia, equidad y responsabilidad social de la educación planteadas por las reformas, así como plantea una renovación y resignificación de las tensiones entre uniformidad y diferencia y lo construido y lo objetivado, que afectan la comprensión de la relación cultura-educación-política. Requiere de una actitud mental crítica y abierta cuyo eje de funcionamiento epistémico sea la deconstrucción-reconstrucción, para captar los efectos actuales de la diversidad cultural en la educación. Interesan tanto los efectos globales que dicho reconocimiento produce sobre la diversidad misma, como las consecuencias de ésta en la educación; en particular sobre los contenidos que reafirmen y transmitan la diversidad. Nuestra hipótesis es que el cambio de percepción sobre la diversidad cultural aumenta las presiones para diversificar las prácticas educativas y orienta al sistema educativo hacia la construcción social de una educación para la diversidad, que por sus características incluyentes coadyuva a la integración de colectividades plurales, a una mayor igualdad educativa, y a una reducción de los riesgos identitarios.

Repensando la diversidad
La transformación de dicha percepción es fuente, parte y resultado de un cambio progresivo y conflictivo, que se desenvuelve de una manera compleja y multidimensional, con implicaciones no solo sobre los sujetos que incorpora sino sobre la redefinición de la sociedad en su conjunto. Esta diversidad plantea una serie de cuestiones importantes y potencialmente decisivas –sostiene Kymlicka– en temas como derechos lingüísticos, autonomía regional, currículos educativos y símbolos nacionales. ... Encontrar respuestas moralmente defendibles y políticamente viables a dichas cuestiones constituye el principal desafío de nuestras sociedades.
El mundo de la diversidad –anota Giddens– nos plantea nuevos riesgos y nuevos retos, no es apocalíptico, pues no se encamina inevitablemente a la catástrofe... implica riesgos que otras generaciones anteriores no han enfrentado y porque se están enfrentando además con los instrumentos de las generaciones anteriores, sin la evaluación crítica.

La diversidad ampliada
Tienen epígonos modernos en mentes latinoamericanas que han restituido para sus sociedades el valor de lo diverso, lo han consagrado en sus constituciones y lo están ampliando. En poco menos de 10 años, América Latina ha reconocido su objetividad, ha escogido –según el país– formas de interpretarla e intervenirla, ha decidido modos de educarla y gobernarla y ha encontrado procedimientos de participación para edificar su presente y su futuro. No obstante, lejos de ser una conquista definitiva, las disputas por su real inclusión y por una caracterización más compleja de cara a las realidades actuales no se agotan. La objetividad de la diversidad cultural se enfrenta aún a ciertas tradiciones que la ven como rezago y no como característica de la sociedad, a ciertas mentalidades que presumen el desarrollo cultural bajo la óptica de su homogeneización y no de la pluralización, a lenguajes que generan universos simbólicos unitarios singulares y no múltiples, y a discursos que la neutralizan aparentando ser progresistas.
Los mundos simbólicos y culturales se deconstruyen-construyen en forma permanente, en medio de ambientes de incertidumbres identitarias y de conflictos entre lo tradicional y lo moderno, peculiaridad más de la naturaleza del cambio, que de un desorden que reclama el regreso al pasado. Si todos los pueblos conservaran intactos dichos mundos, desembocaríamos en un estancamiento cultural. El impulso para los cambios en las percepciones de las sociedades, proviene de la lucha por el poder en el que las construcciones de las diferencias culturales, y las imágenes de las sociedades, sirven de dispositivos que coadyuvan a tenerlo y lo convierten en energía cultural.


Transformaciones y transición cultural
Las transformaciones en extensión tienen que ver con: a) La visibilidad y la comparecencia de la variabilidad del mundo indígena. La multiplicación de las etnias no es un milagro; es el desocultamiento de la diversidad, que generó además el renacer de otros pueblos que la etnohistoria había declarado difuntos: los chontales, yanaconas, chorotegas, pijaos, y pastos resucitaron de entre los anaqueles de los archivos y mostraron unas ciudades invadidas de indígenas desde Buenos
Aires hasta Ciudad de México.
b) La aparición en el escenario de la diversidad de otros actores no indígenas; los gitanos, los inmigrantes (judíos, árabes, chinos, japoneses, vascos), los negros, los grupos de género, las comunidades religiosas y los nacionales en otros países (comunidades colombianas en el exterior). Al incorporar las transformaciones en extensión, la diversidad manifiesta una interacción intensa y compleja en todos los órdenes. Son las transformaciones en profundidad que están relacionadas con: a) Los corolarios que se desarrollan al poner en evidencia el carácter parcial del concepto de diversidad que existe en la región; la diversidad estaba siendo concebida para unos y no para unos todos pluralizado.
b) Rescatada de su invisibilidad
La diversidad se instala en el presente; este cambio es central en la profundización de las transformaciones. En el nivel interno, afros, migrantes, indígenas, raizales, etc., muestran una diferenciación clasista que está muy lejos de ser modelo de comunidad, la propiedad privada entre ellos revela casos de promoción de solidaridades que han desaparecido de algunos sistemas tradicionales, los campesinos quieren volverse indígenas y los indígenas profesionales urbanos, las organizaciones sociales étnicas se vuelven electorales, etc.

c) La apropiación de una particular idea de lo público y de lo privado, de lo institucional ajeno y propio, lo legítimo e ilegítimo, da paso para que la diversidad asuma la política. El reconocimiento de la diversidad se expresa como un dispositivo ambiguo porque al aceptar sus estrategias como estrategias de Estado consolidan un Estado-nación que las requiere para legitimarse. Sin embargo, éste no coloca a la diversidad como centro de sus reformas.

d) Finalmente, tres procesos inciden en la profundidad de las transformaciones de la diversidad cultural: la globalización, que no la destruye pero que altera todos los mecanismos de integración y articulación social, a través de políticas y derechos internacionales y de la estandarización de sus procedimientos. La modernización de los Estados introduce un campo novedoso de pugnas entre la diversidad y sus relaciones de fuerza, desplazando las reivindicaciones sociales por demandas de ajustes burocráticos.

Educación para la diversidad
Un país no se define diverso solo por la presencia indígena. Esta dislocación del concepto de diversidad es paradójica –pues aunque son muchos y variados los pueblos indígenas, en el fondo es singular, distintiva y típica de ellos– y, es uno de los principales problemas en discusión. La diversidad se ha complejizado y ampliado, se ha transformado con la presencia de nuevos actores y nuevos anhelos, requiriendo un sentido más integral.
Al pensar la relación educación-diversidad cultural, se pretende introducir en el debate sobre las políticas educativas la concepción de una educación para la diversidad en tanto heterogeneidad educativa para la diversidad cultural. Es decir, como el conjunto de educaciones particulares impartidas de manera diferencial a unas comunidades, que aunque compartan rasgos similares, se conciben como distintas. Tal es el caso, por ejemplo, de la educación impartida en un colegio hebreo, o en una región o confesión determinadas.

Campo educativo de la diversidad
Dice Bourdieu que «un grupo movilizado por y para la defensa de sus intereses (educativos), solo puede llegar a existir a costa y al cabo de una labor colectiva de construcción inseparablemente teórica y práctica»11. Asimismo, con este punto de vista se puede focalizar la dinámica de la construcción social de la educación para la diversidad, según la cual la diversidad cultural afecta al sistema educativo y viceversa, recíproca y dialécticamente. La diversidad es afectada por el, curriculares, etc., para integrar un sistema educativo pluralista.

El campo educativo
De la diversidad cultural se concibe como un campo de fuerzas e intereses, que se confrontan, alían, imponen y resisten, para controlar y transmitir una particular forma de ver e instruir a los sujetos adentrados en él. Bourdieu ha señalado cómo el campo produce e impone en el público una forma particular de ver la realidad, lo que lo convierte en un instrumento formidable para mantener el orden simbólico, y por lo tanto el status quo, pero también para transformarlo. Es un campo de luchas por el control del proceso educativo que varía según el país, la época y el sistema educativo. Las pedagogías, los currículos, la evaluación, la contratación, los presupuestos, etc., al fin y al cabo son el corolario en que se manifiesta el poder dominante resultante del campo educativo









Participación educativa
Es la capacidad real de contribuir a la construcción del campo educativo y participar en él, entendida como la movilización que reivindica lo plural de una población con el fin de idear, crear, escoger, producir y transformar los contenidos socializadores de la educación, y dar forma a las instituciones que tengan la función de llevarlos a cabo.




El proceso educativo
Expresa dos sentidos. Uno, que la participación educa en forma de socialización política, y que puede ser incorporada como un componente más de la educación. Y dos, la educación para la diversidad en sí misma.
Los sistemas educativos no evolucionan en el vacío; se desarrollan dentro de contextos particulares e historias singulares que evolucionan bajo las tensiones de sus propias dinámicas. No son las instituciones escolares las que crean el contenido para la socialización ni el único lugar para recibirlo; por el contrario es el tipo de socialización el que define el diseño de las instituciones en el proceso educativo.

El sentido de la diversidad educativa

Convoca a enfrentar la reinterpretación de los anhelos16, a «coger el toro por los cuernos», en tanto recurso ante el deterioro de todas las condiciones de vida educativas y sociales en la región. Cuando se piensa en el Estado, afirma Bourdieu que sospechar demasiado siempre es poco. Puiggrós lo confirma claramente17. Es preciso sospechar del Estado neoliberal y su política educativa pues prepara a la gente para un mercado laboral destinado a un grupo favorecido –al que la mayoría no tendrá acceso– mientras vacía el resto de la oferta de trabajo, descentraliza no para      mejorar la calidad educativa sino para trasladar a la sociedad una responsabilidad que la sociedad ya le había delegado con sus aportes fiscales, evalúa la educación no para la corrección de los problemas y el redireccionamiento de las alternativas sino para su eliminación, y evade la educación gratuita para todos mientras fragua el desmantelamiento de tradiciones que han costado mucho esfuerzo y numerosas luchas, ahogando toda forma de reproducción institucional de la educación.






LA INTERCULTURALIDAD EN LA EDUCACIÓN





¿QUÉ ES LA INTERCULTURALIDAD Y CUÁL ES SU SIGNIFICADO E IMPORTANCIA EN EL PROCESO EDUCATIVO?

Como concepto y práctica, la interculturalidad significa “entre culturas”, pero no simplemente un contacto entre culturas, sino un intercambio que se establece en términos equitativos, en condiciones de igualdad

La interculturalidad no es una descripción de una realidad dada o lograda, ni un atributo casi “natural” de las sociedades y culturas (Guerrero, 1999), sino un proceso y actividad continua; la interculturalidad tiene el rol crítico, central y prospectivo - no sólo en la educación, sino en todas las instituciones de la sociedad de reconstruir, paso a paso, sociedades, sistemas y procesos educativos, sociales, políticos y jurídicos



Diferencia entre multi, pluri e interculturalidad

El multiculturalismo se entiende como un relativismo cultural; es decir, una separación o segregación entre culturas sin aspecto relacional.

Uno se dirige a las demandas de grupos culturales subordinados dentro de la sociedad nacional, por programas, tratos y derechos especiales como respuestas a la exclusión: un multiculturalismo fundamentado algo propio bajo el lema de justicia e igualdad.

El otro contexto político parte de las bases conceptuales del Estado liberal, en el que todos supuestamente comparten los mismos derechos.


La pluriculturalidad indica una convivencia de culturas en el mismo espacio territorial, aunque sin una profunda interrelación equitativa.



Las relaciones de interculturalidad e identidad, unidad y diversidad

La identidad propia no es algo que podemos elegir, sino algo que se tiene que negociar socialmente con todos los otros significados e imágenes construidos como conocimientos que nuestro propio uso de la identidad activan (Hall, 1997).

Familia, comunidad, escuela muchas veces se da de forma inconsciente.

Lo inter es lo que Homi Bhaba (1994; 1998) refiere como el espacio intermedio o el “tercer espacio” donde dos o más culturas se encuentran, un espacio de traducción y negociación en el cual cada una mantiene algo de sí, sin asimilarse a la otra.



La interculturalidad en el sistema educativo

Tener un verdadero impacto en los alumnos y en la sociedad, la interculturalidad tiene que partir de la experiencia de los alumnos y de la realidad sociocultural en que viven, incluyendo los conflictos internos, inter e intergrupales, los desequilibrios sociales y culturales que ellos confrontan.



La interculturalidad en la educación bilingüe

Dentro de la educación bilingüe, el significado y la práctica de la interculturalidad siguen ligados principalmente a la enseñanza de la cultura propia6. En este sentido, podemos decir que todavía domina dentro de la educación bilingüe, una perspectiva bicultural en vez de intercultural.



«Bicultural, recalcaba la necesidad de establecer políticas nacionales de plurilingüismo y multietnicidad orientadas a la oficialización de lenguas indígenas y la necesidad de promover visiones correctas y no discriminatorias del conjunto social








Fines y premisas centrales del tratamiento de la interculturalidad

Fines generales de la educación intercultural










Ø Desarrollar capacidades de comunicación, diálogo e interrelación y fomentar la comunicación, diálogo e interrelación equitativa entre personas (alumnos, docentes, padres de familia, etc.), grupos, y saberes y conocimientos culturalmente distintos.

Ø Contribuir a la búsqueda de la equidad social y mejores condiciones de vida.





Breve descripción de los modelos relacionados con la multi- e interculturalidad

v Contribuciones étnicas

v Más que programas en sí, la inclusión de contribuciones étnicas ocurre como una ampliación limitada y superficial del currículum usual, normalmente centrada en la celebración de días festivos y en la folclorización de las diferencias culturales artesanía, baile y comidas (el programa abc).

v Currículum aditivo

v Este modelo intenta ir un poco más allá de la folclorización y añade varios contenidos étnicos al programa escolar, sin proveer una reestructuración curricular.

v Programas del desarrollo de autoconcepto

v Estos programas parten de la noción que existe una relación directa entre autoestima y aprendizaje. En sí, contribuyen a fortalecer el autoconcepto del alumno por medio de la incorporación curricular de unidades que subrayen contribuciones de su grupo étnico como parte importante de la riqueza históricocultural de la nación.

v Programas de etnoeducación o de promoción cultural

v Estos programas promueven identificaciones y pertenencias étnicas de todos los alumnos, y atienden a los contenidos culturales específicos. Su objetivo es mantener culturas y tradiciones propias y promover una afirmación cultural colectiva. Este tipo de orientación está muchas veces presente en la educación bilingüe indígena y en propuestas que recientemente han empezado a emerger en la región sobre la educación negra o afro.

v Programas de integración pluralista

v Los programas con este enfoque pretenden preparar a los alumnos para vivir en una sociedad pluricultural, donde las diferencias se consideren como riqueza y donde la lengua materna se considere como un punto de apoyo importante.

v Programas de educación antirracista

v La educación antirracista busca desarrollar un entendimiento crítico de la sociedad en el cual el racismo es comprendido no simplemente en término de prejuicios, actitudes o creencias por superar, sino como ideología que justifica un sistema en el cual ciertos grupos gozan de ventajas y privilegios sociales, culturales, económicos, políticos e históricos.

v Programas reconstructivistas de transformación intercultural

v Estos programas contemplan los conceptos, temas y problemas curriculares desde diferentes perspectivas culturales con el objetivo de proporcionar a todos los alumnos habilidades para analizar críticamente la diversidad cultural, ser ciudadanos activos y respetuosos de las diferencias, participar eficazmente en la resolución de problemas concretos que impiden la interculturalidad, y ser responsables y solidarios.

Criterios pedagógicos para el desarrollo de la interculturalidad 
La autoestima y el reconocimiento de lo propio 

· La interculturalidad parte de una base segura sobre uno mismo, es decir, de un claro sentido y conocimiento de quién es uno y cómo se identifica personal y colectivamente. 
Los conocimientos, los saberes y las prácticas locales 

· Los conocimientos, saberes y prácticas locales conforman el sentido común de una comunidad o un grupo social particular, y otorgan definición a la idea de pertenencia e identidad compartida 
La identificación y el reconocimiento de las diferencias y la “otredad” Comprender y aceptar al “otro” en su diferencia u otredad es parte del proceso de la interculturalidad 
Conocimientos y prácticas de “otros” 

· Un aspecto importante de la interculturalidad es la exploración de lo desconocido para poder interrelacionar, comparar, contrastar, combinar, asociar e integrar en una forma concreta, diversos conocimientos, prácticas y formas de pensar y actuar 
La problemática de conflictos culturales, racismo y relaciones culturales negativas 

· En el Perú, como en otros países andinos, las relaciones entre distintos grupos culturales tienen una trayectoria histórica desde antes de la Colonia hasta el presente, una trayectoria muchas veces conflictiva, caracterizada tanto por relaciones de poder, control y cambio cultural, desequilibrios sociales, económicos y geográficos, racismo, discriminación y resistencia como también por procesos de mestizaje, campesinización y homogeneización 
Unidad y diversidad 

· La interculturalidad busca establecer un equilibrio y complementariedad entre la unidad necesaria para una sociedad (o para coexistir en cualquier espacio social) y la diversidad cultural en el nivel individual y colectivo, un equilibrio y complementariedad que pueden llevarnos a una eventual convivencia democrática 
La comunicación, interrelación y cooperación 

· La interculturalidad se caracteriza por el esfuerzo de comunicarse e interrelacionarse entre individuos, grupos y saberes culturalmente diferentes y de cooperar en forma solidaria

El tratamiento de la interculturalidad en los contextos del aprendizaje-enseñanza: criterios, competencias y ejes del aprendizaje enseñanza



Los ejes del aprendizaje-enseñanza. 

Establece las capacidades y los contenidos necesarios para desarrollar los siete criterios de la interculturalidad en el ámbito educativo. Está dividida en tres ejes o dominios fundamentales que guían el aprendizaje enseñanza: lo cognitivo, lo procedimental y lo actitudinal. Cada eje parte de las competencias generales, presentadas en la primera columna, y especifica las capacidades y los contenidos importantes para el tratamiento de la interculturalidad. Lo cognitivo está entendido como las capacidades conceptuales; lo procedimental, como las habilidades y destrezas; y lo actitudinal, como las actitudes, valores y orientaciones de conducta.

Consideraciones sobre la aplicación de los criterios

Discutimos posibles maneras de implementar los criterios dentro de tres ámbitos educativos: el aula, la formación/capacitación docente, y en el desarrollo de materiales.

Aplicación dentro del aula

La aplicación en el aula de los criterios pedagógicos para el desarrollo y tratamiento de la interculturalidad y sus competencias y ejes delineados en el cuadro puede ser pensada de la siguiente manera:

En forma transversal e integral. 

Pensar los criterios y sus competencias y ejes en forma transversal e integral requiere que la interculturalidad asuma una presencia consciente, continua y organizada dentro del currículum y la planificación escolar.

Dentro del currículum de cada aula, hay una planificación que incorpore los criterios, en general, y, específicamente, las competencias y los ejes cognitivos, procedimentales y actitudinal es dentro del aprendizaje-enseñanza de las varias unidades y/o materias.

Aplicación en la formación/capacitación docente 

Los criterios proporcionan una serie de conceptos, elementos y contenidos que, aunque pensados más para la aplicación dentro del aprendizaje-enseñanza de niños y jóvenes, pueden ser adaptados fácilmente a la formación/capacitación docente. 



Tanto para los alumnos como los docentes, hay una necesidad de desarrollar la autoestima y reconocer sus propias formas de identificación cultural, de manejar un entendimiento de la cultura como algo dinámico y siempre en construcción, y reconocer y apreciar el valor social, cultural y científico de los conocimientos, saberes y prácticas locales.




miércoles, 24 de junio de 2015

CULTURA Y EDUCACIÓN INTERCULTURAL

CONCEPTOS GENERALES SOBRE DIVERSIDAD CULTURAL E
INTERCULTURALIDAD EN EL MARCO DE LA GLOBALIZACIÓN
Es necesario situarse en el momento histórico y político en el que estamos inmersos, caracterizado por un proceso creciente de globalización, en el que las tecnologías de la información y comunicación y las circunstancias económicas intensifican los flujos de capital, de mercancías y de información. Pero este proceso de globalización no está llevando a una mejor comunicación colectiva, ni a una redistribución más justa y equitativa de los recursos materiales, sociales y culturales.
Paradójicamente, en este mundo postmoderno en que no hay fronteras para la libre circulación de mercancías, información y capital, sí se ponen trabas a la libre circulación de personas. De esta forma, la inmigración y su intensificación a nivel global aparece como un fenómeno problematizado y, en cierta medida, estigmatizado: la globalización y las restricciones a la circulación de personas desde los países de la periferia a los del centro ha conseguido convertir en ilegales, en personas sin derechos, en no-ciudadanos a miles de seres humanos en todo el mundo.
Sin entrar a debatir las implicaciones que pueden suponer las crisis que vienen sufriendo los conceptos de ciudadanía y estado-nación, los profesionales de la educación no podemos ignorar este panorama global y debemos indagar sobre los mecanismos y recursos que procuren la igualdad de oportunidades real y efectiva de todos y cada uno de los sujetos que están escolarizados.
Para ello es necesario contar con una formación del profesorado anclada en los siguientes principios: atención a la diversidad, escuela inclusiva y educación intercultural.
¿Qué entendemos por cultura? La(s) cultura(s) en un mundo globalizado. Identidades, estereotipos y racismo.
Cuando hablamos de cultura (o mejor, de culturas) no nos referimos solamente a las expresiones y tradiciones intelectuales y artísticas refinadas de la alta cultura, sino que tenemos en mente un concepto que, aunque en principio pudiera tener que ver sobre todo con lo antropológico, se ha incorporado a nuestro discurso cotidiano
Centrándonos en la concepción antropológica de cultura, han existido multitud de definiciones a lo largo del desarrollo de la disciplina antropológica desde que Tylor propusiera la siguiente definición en 1871: “Cultura es el todo complejo que incluye el conocimiento, la creencia, el arte, la moral, la ley, la costumbre y cualquier otra capacidad o hábito adquirido por el hombre en tanto que miembro de una sociedad”.
Siguiendo a Adam Kuper, tal consenso, que nos puede ayudar a entender lo que son las culturas, se basa en tres supuestos:
- La cultura no es un asunto de raza; se aprende, no la llevamos en nuestros genes; en este sentido, es necesario recalcar que todos los seres humanos compartimos la gran mayoría de nuestra información genética y que las mínimas diferencias existentes en el ADN son diferencias individuales (que, por otra parte, pueden ocurrir entre individuos que son percibidos como “de la misma cultura” y no sólo entre individuos de “distintas culturas”).
-La cultura común humana ha avanzado y progresado en un proceso de muy larga duración que nos ha diferenciado del resto de homínidos; este proceso de larga duración, que ha dado como resultado el desarrollo de sistemas sociales complejos y la propagación y desarrollo de la población humana frente a otras poblaciones no humanas, se entiende como un proceso que ha afectado a todos los seres humanos.
- La cultura es esencialmente una cuestión de ideas y valores, un molde mental colectivo –por tanto, se trata de un sistema simbólico. Y estos símbolos, ideas y valores aparecen en un espectro de formas de una diversidad casi infinita. Podemos decir que cuando hablamos de diversidad cultural nos referimos al conjunto de estrategias, normas y valores que los distintos seres humanos han sido capaces de desarrollar para vivir en grupo y para adaptarse a lo largo del tiempo a diferentes entornos y diferentes espacios. Estos valores, normas y estrategias se han convertido en costumbres y son compartidas dentro del grupo haciéndolas perdurar de generación en generación en procesos dinámicos de construcción y reconstrucción. Cuando nos referimos a identidad cultural no podemos separarla de la doble dimensión personal y social. Cada sujeto es capaz de construirse su identidad colectiva, su pertenencia a una cultura desde su propia identidad personal.
La identidad personal es única y diferente a ninguna otra persona, está muy relacionada con el autoconcepto y dónde se cruzan los sentimientos que uno tiene de sí mismo y los que tienen los otros. Sin embargo, la identidad colectiva supone un sentimiento de pertenencia a un grupo cuando se apropia de los saberes, destrezas y valores de dicho colectivo. La identidad colectiva provoca un sentimiento de seguridad y protección.
La superación de estereotipos y prejuicios es una de las tareas de la educación intercultural y antirracista, y por ende, de la formación de los educadores y educadoras.
Los estereotipos, positivos o negativos, juegan un papel primordial en nuestras relaciones sociales y personales con desconocidos al ayudarnos a adjudicarle a los otros un papel o comportamiento determinados en función de su adscripción a un grupo, sin tener en consideración los aspectos personales.
Es el componente cognitivo de una actitud particular.
Los estereotipos forman parte del mundo de las creencias y actitudes que a su vez son parte de las motivaciones y acciones de las personas. Por tanto, los estereotipos negativos pueden dar lugar a actitudes prejuiciosas y a comportamientos más o menos discriminatorios, racistas o xenófobos, y de ahí a la exclusión.
Esto nos lleva a plantearnos otros conceptos: racismo y xenofobia.
El racismo es un fenómeno complejo llegando a establecer para su clarificación muchas dicotomías (racismo teórico-racismo espontáneo, internoexterno,
etc.).
3. Modelos de integración e interculturalidad.
El término integración, muy usado en el campo de la política social y también de la educativa, ha ido acompañado de recelos y dudas de mayor o menor calado dependiendo de los países. En particular en la Unión Europea la palabra integración se ha usado en positivo y como modelo de política social, y educativa, a seguir con los inmigrantes. No han faltados críticos a este concepto por su uso y abuso en Europa, considerando la integración como asimilación.
El multiculturalismo, por el contrario, intenta valorar más la diversidad cultural, considera la sociedad formada por culturas diferentes unas de otras, se respeta la diferencia y se establecen unas normas básicas de convivencia.
El modelo intercultural pretende superar los modelos anteriores planteándose la construcción de la convivencia en la diversidad. Para eso, parte como decíamos anteriormente sobre el concepto de cultura, de que ninguna cultura es estática ni homogénea, de que la diversidad existe dentro de propia cultura y que los conflictos pueden ser un buen motor para el cambio. Se plantea por tanto encontrar valores comunes que hagan posible la convivencia y para eso es necesario: trabajar contra la discriminación y exclusión;
4. Educación intercultural. La escuela como espacio de relaciones interculturales.
En el apartado anterior hemos estado viendo los modelos de integración y el concepto de interculturalidad. Como es lógico, todo esto tiene su influencia y se repite en los modelos educativos.
Siguiendo a Besalú (1991) en Carlos Giménez (2000) distingue los siguientes tipos de educación o escuela:
Educación racista o segregadora, en la que se separa a los alumnos y alumnas según su procedencia racial o etnocultural. A grupos diferentes, sistemas distintos. Este modelo que no está presente en nuestro sistema educativo pero habría que tener presente las consecuencias de los procesos de escolarización en cuanto a la concentración de alumnado extranjero.
Educación asimilasionista que pretende conseguir de forma más o menos paulatina la asimilación a la cultura dominante de los inmigrantes o de las minorías. En estos planteamientos tiene gran importancia la enseñanza de la cultura y lengua de la sociedad receptora y no tiene relevancia las aportaciones y el bagaje experiencial de los sujetos.
La educación integracionista o compensadora plantea no sólo el aprendizaje de la lengua y cultura receptora sino también de la lengua materna; y la necesidad de conseguir la igualdad de oportunidades para todos los alumnos y alumnas independientemente de su origen social o cultural.
La educación pluralista asume el derecho a la diferencia dando importancia a aspectos como la provisión de información de las culturas de inmigrantes y minorías, y la visión funcional de la lengua y la cultura. Sin embargo plantea algunas limitaciones y riesgos como las siguientes: tratar a los grupos como realidades monolíticas, el folklorismo en el tratamiento de las diferencias culturales, la segregación y separación por grupos.
Educación intercultural, educación en y para la interculturalidad es necesaria para todas las sociedades y culturas y para todas las personas, no está centrada en los que son culturalmente diferentes.
La educación intercultural tiene en cuenta la relevancia de los factores culturales (étnicos, religiosos, lingüísticos, etc.), pero cuida de no poner un excesivo énfasis o una concepción errónea de las identidades culturales porque podría tener efectos contraproducentes y dividir más que unir y exagerar las diferencias, como por ejemplo si buscamos justificación a las conductas en función del grupo, etnificando o culturizando las conductas.
La escuela como espacio de relaciones interculturales.
Si la educación intercultural supone interacción, intercambio, trabajar con, práctica compartida, debemos plantearnos desde las ideas anteriores que posibilidades tenemos desde distintos aspectos de la escuela de educación infantil: desde la organización del centro educativo, desde el currículum, desde los valores, desde las relaciones culturales de todos los sujetos que intervienen allí (no sólo los niños y niñas, sino también los educadores y las familias) y desde las relaciones con las familias. Este último aspecto es esencial ya que las relaciones y los intercambios culturales que se establecen a estas edades tan tempranas deben pasar por los intercambios con los miembros de su familia.